La toxina botulínica tipo A, más conocida como Botox, es una substancia que se utiliza de manera principal para la reducción o eliminación cosmética de las líneas de expresión en el rostro. Es el fármaco que más ha revolucionado el mundo de la cirugía plástica estética.
Funciona para eliminar las famosas patas de gallo y las arrugas de la frente y el entrecejo, nos ayuda a modificar una sonrisa que enseña demasiado los dientes o la posición de tristeza de los ángulos de la boca. También es muy utilizada en la eliminación de las líneas por actividad exagerada de los músculos del cuello.
Otra gran aplicación de la toxina botulínica es para el tratamiento de la sudoración excesiva de axilas, palmas de las manos y plantas de los pies, consiguiendo correcciones completas del problema.